En un extraño partido que comenzaba ganando el Celta cuando mejor jugaba el Sevilla, se resolvió el 0-2 que parecía definitivo de una forma confusa, jugando a arreones, sin un esquema nada claro. Al final, se precipitó la hora sobre el equipo, y pudo haberse ganado. Se han perdido cuatro puntos importantísimos en los dos últimos partidos. Pero no somos los únicos que fallamos. El colchón de puntos es grande y hay que saber gestionarlo. Esperemos recuperar la senda ganadora tras este nefasto mes de enero.
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