El partido de anoche frente al Copenhague cierra el paso del Sevilla FC por esta temporada de Champions League ofreciéndole la posibilidad de continuar en la Europa League. Hubo emoción en el final del partido, donde el equipo se vino arriba y consiguió dos goles con pocos minutos de diferencia, con un espectacular golazo de Isco. Hemos salvado los muebles y la grada del Pizjuán volvió a rugir como hacía tiempo que no rugía. Se disfrutó, en definitiva, y el equipo pareció contagiarse del mismo entusiasmo que sus goles habían creado. La comunión con la grada es especial en Sevilla, y ayer volvimos a tener un ejemplo de esta retroalimentación.
Viene ahora el Rayo ante el que no hay más remedio que ganar. Esperemos que ese entusiasmo continúe.