12.6.09

Estilo Sevilla

Un silencio respetuoso y sereno está siendo la actitud pública del sevillismo ante la situación, dramática, no exageramos, que vive en estos momentos el otro equipo de la ciudad. El Sevilla y el sevillismo, fieles a su identidad caballerosa y a la memoria de su secular señorío, jamás han hecho leña del árbol caído, jamás han humillado a sus rivales deportivos, jamás han sacado ventaja de la desgracia ajena. Podrá confundirse nuestro respeto con la más absoluta de las indiferencias. Habrá quien piense que nuestra actitud oculta un secreto regodeo. Pero nada de ello es cierto. Somos muchos los sevillistas que conocemos la congoja de amigos y allegados que sufren por el estado de descomposición social y deportiva de su equipo. Esto no es bueno para nadie. No es bueno para Sevilla ni para su tejido social y económico. Ahora será su afición la que tenga la palabra. El sevillismo mantedrá en todo momento su flemática actitud. Hemos sabido estar a las duras y ahora demostramos que sabemos estar a las maduras. Como afición, el sevillismo ha sido, es y será irreprochable. Por eso callamos en estos momentos. Plenamente sabedores de que la grandeza de nuestro equipo, ganada en partidos y finales épicas y forjada con un esfuerzo institucional metódico e inteligente, nos sitúa en una esfera deportiva diferente, callamos. Callamos pero no estamos indiferentes, porque nuestra afición es sabia. Y como es sabia, sabe que el Sevilla FC es hoy una institución ejemplar. Quien siga su ejemplo, podrá triunfar, pero que nadie entienda esto como un consejo. Nunca los hemos dado, sólo nos hemos puesto a trabajar seriamente. Nos limitaremos, pues, a hacer como nuestro capitán en el centro del terreno de juego al comenzar cada partido, estrecharemos la mano del contrario y le diremos "buena suerte".