Entiendanlo como quieran, pero cualquiera que sea el significado que le den al título de la entrada, el sentido sigue siendo el mismo: Michel, salvado de las aguas por sus jugadores. Un abismo entre la primera parte y la segunda, un magistral Reyes, que se echó el equipo a sus espaldas y dio pases irrepetibles. Al final marcó un defensa, lo que demuestra, una vez más, que la venta de Negredo es un imperativo categórico ya. No se sabe cuántas veces se puso en fuera de juego al recibir pases certerísimos del propio Reyes o de Rakitic, pero la verdad es que está a años luz de lo que debe ser un delantero centro. En fin, que hagan caja con él. Y que paguen a Hacienda, que somos todos.
Por lo demás, se vuelve a demostrar palmariamente, que el fútbol se juega en España en contra de la afición, como burla a la afición y como desprecio a la afición. Un 5 de enero no se puede jugar un partido. Y menos a las 22.00 horas. La vergüenza no ha adornado nunca precisamente a la Federación, pero esto es ya escarnio puro y duro. Un asco.
