El que probablemente será el último partido del SFC en la catedral de San Mamés ha resultado ser un auténtico fiasco para los de Michel, que no han sido capaces de mantener el pulso a un impreciso Bilbao con más voluntad que calidad. Ya no brilla nadie en este Sevilla. Y esto afecta al brillo de Michel, en el que tantas esperanzas se depositaron. En este Sevilla no marca un gol...ni Baba Diawara. Qué horror! No hay conexión entre líneas, Navas corre la banda y da el pase a la olla, y que remate San Cristóbal con el niño. Negredo es un jugador menos durante el 90% del tiempo. El medio campo no se sabe nunca dónde está, no conduce el balón y no centra las jugadas. El remate a puerta es patético. Y Spahic. Spahic merece él solo un capítulo. El agujero negro de la defensa. El otro día comentábamos si Michel se comía o no los polvorones de la Estepeña en Sevilla. Hubo división de opiniones. Pero lo que resulta evidente es que, después de la rueda de prensa tras el partido, en los vestuarios hay un conato de incendio y Michel no tiene extintor. ¿Quién está moviendo los hilos dentro de la plantilla? ¿Por qué se queja Michel de que no se hace lo que se entrena, lo que se habla en los entrenamientos, lo que él ordena? Aquí hay un problema que no es nuevo, porque esto viene de los tiempos de Manzano y Marcelino. O fichamos entrenadores sin carácter o hay algún jugador que no vale para jugar pero sí para mandar en el vestuario. A ver si nos aclaramos.
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