En la penúltima jornada, merced a otro empate, el Sevilla alcanza su tercera clasificación Champions consecutiva. Con un gol de En-Nesyri sobre la hora prácticamente, se pudo empatar un partido frente a un Atlético que alternó ocasiones de gol y dominio con momentos de apuro en defensa. La reacción, tardía, del Sevilla cuajó su fruto y el gol de la tranquilidad llegó en el mejor momento posible.
Habrá que hacer memoria de esta temporada y reflexionar sobre lo que se ha hecho mal. Una parte importante del sevillismo, aún con el equipo en Champions y con posibilidades matemáticas de terminar tercero, ha sufrido como nunca en una temporada en la que creímos que podíamos luchar por la Liga. Quizá nos hicimos demasiadas ilusiones y fijamos las expectativas demasiado altas. Quizá es que forma parte del ADN del sevillismo esta forma de exigencia y de sufrimiento por el rendimiento del equipo.
Y que no falte... Esperemos que nuestro paso por Champions esté también a la altura de lo que queremos ver. En todo caso, no demos nunca por muerto al Sevilla ni al sevillismo.