25.8.10

Reprogramación de objetivos

Después del batacazo deportivo y económico de la previa de Champions, es hora de ponerse a reprogramar los objetivos para la temporada que comienza. Las fuerzas son las que son, los efectivos son los que son y el equipo es el que es. Volverse a ilusionar es la prioridad básica. No es fácil, pero estamos obligados a ello. Hay que volver a centrarse en la clasificación para la Champions de 2011. Hay que volver a competir en la Europa League para hacer un buen papel, aspirando a la tercera copa europea. Hay que volver a plantearse un papel relevante en la Copa del Rey. Son objetivos irrenunciables. También es hora para el realismo y la sensatez. El discurso oficial del club debe cambiar. Esta afición es sabia. Los sevillistas somos todos catedráticos a la hora de interpretar a nuestro equipo. No valen excusas ni discursos grandilocuentes. No está el horno para boutades. Realismo en dosis masivas. Y visión de futuro, con los pies en el suelo. Y autocrítica, mucha autocrítica, porque no puede ser que sólo los aficionados estemos equivocados.

Sevilla 3-4 Braga: no tenemos nivel de Champions

Puede que tengamos, como dice nuestro Presidente, nivel de UEFA, la que nos hizo grandes. Pero eso no nos consuela hoy. La trayectoria ascendente, el salto de calidad, el equipo de Champions que soñábamos, nada de eso tiene que ver con la cruda realidad de este Sevilla de agosto de 2010. Nos acabamos de dejar una Supercopa de España con un 3-1 de resultado de ida. Nos acaba de fundir en previa de Champions un equipo portugués cuya mayor y única virtud es la de tener prietas las filas y un autobús puesto en la puerta. No tenemos gol. El Sevilla no tiene gol, está huérfano de gol y de defensa, y de centro del campo y de delantera. Los fichajes van y vienen. Se van los buenos y no llegan los mejores. Se está fichando fondo de armario y jugadores de segundo nivel. Se está haciendo caja. El dinero en el banco, pero no en el campo, como hoy han gritado los Biris. Y Alvarez viéndolas venir. Y la afición, impenitente, acudiendo al campo y apoyando, como siempre, a sus colores. Jiménez fue una mala solución. Alvarez, lleva el mismo camino. No se ha invertido donde se tenía que invertir, que es en entrenadores de calidad. Monchi sabrá lo que está haciendo, pero nadie lo entiende. Desnortados. Desnortados. Y preocupados, muy, muy preocupados.