El Sevilla hizo anoche un partido anodino y sin demasiada intensidad en un RSP vacío por la situación sanitaria. El final del segundo tiempo tuvo algo de más carácter y tanto Rakitic como En-Nesyri, autor del único y habilidosísimo gol, pudieron haber puesto más distancia en el marcador. El rival se desfondó tras un estéril control del balón que no encontró casi nunca, salvo en el minuto 8, una ocasión razonable para batir a Bono.
Tres puntos más para seguir peleando en Liga por el objetivo que nos es obligado, que no es otro que la clasificación Champions un año más. ¿Otro año más?, sí, otra vez.
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