Queda solo un paso para que Sevilla FC juegue su tercera final de este aciago tiempo de pandemia. No se puede pedir más a quien más alegrías nos ha dado durante este calvario de desasosiego. El Sevilla es un faro salvífico en medio de la tormenta, la tabla de salvación definitiva en el naufragio, la roca sobre la que lanzar el cabo que nos sujeta de la corriente despiadada. Ayer volvieron a crecer las flores de la gloria sobre el césped del Pizjuán. Ayer, como en un deja vu de 2007, vimos a los nuestros doblegar a la escuadra catalana con elegante arrogancia. Koundé, soberbio y quirúrgico, Jordán, campeador del centro del campo de batalla, Bono, un cancerbero dantesco y mitológico, o Rakitic, decidido estilete de innegable señorío. Pero hay que culminar esta obra de orfebrería sevillana para que podamos volver a saborear las mieles a las que los nacidos con el siglo creen haber tenido derecho siempre. Así es la vida, acostumbrarse a lo sublime también tiene su precio. Habrá que sufrir en Barcelona. Habrá que dejar el arco incólume. Habrá que seguir soñando despiertos, alerta. Viva el Sevilla! Viva el Sevilla! Viva el Sevilla!
11.2.21
Copa del Rey. Sevilla 2-0 Barcelona: a un paso de otra final
Publicado por FORO SEVILLISTA UNIVERSITARIO (FSU) en 10:21 a. m.
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